Relacionados con la costura, ya que crecí rodeada de agujas de punto y de bordar.
Mi abuela pasaba las tardes con su vecina conversando al son de las agujas de punto. De esas sesiones salían jerseys, chaquetas y vestidos que yo vestía encantada. Mi madre encargaba vestidos a una modista y posteriormente remataba las pecheras con todo tipo de bordados, convirtiendo cada vestido en una pieza única.
Me siento afortunada de haber llevado prendas tan bonitas en las que dos de mis personas más queridas pusieron tanta ilusión. Supongo que de ahí viene mi cariño a lo artesanal.
Las agujas no tardaron en llegar a mis manos, desde pequeña empecé a hacer labores como punto de cruz, petit point, punto yugoslavo, pequeñas alfombras, punto a dos agujas, crochet… Mi primera prenda la tejí para la primera amiga que se quedó embarazada. Fue una chaquetita y la ilusión que vi en su cara me animó a repetir el regalo a todo mi entorno.