La cosecha del algodón tiene lugar en otoño. Hay dos maneras de recolectar el algodón:
extraer las fibras de algodón sin dañar la planta o
arrancar las cápsulas enteras de la planta. Una vez recolectado, se lleva a la
desmotadora, que separa la fibra de algodón de sus semillas y otros objetos (restos de hojas, tallos…). Las fibras se empaquetan en balas y se llevan a fábrica para comenzar con el proceso de
hilatura, que transformará las fibras recolectadas del campo en hilo para tejer telas El proceso de hilatura sigue estos pasos:
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Apertura: las abridoras cogen las balas, separan las fibras, vuelven a quitar residuos que queden y enrollan las fibras en bobinas que pasan al cardado.
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Cardado: la carda tiene un cilindro de púas y varios rodillos que desenrollan las bobinas que vienen del proceso anterior de apertura, limpian una vez más las fibras, y las “peinan”, obteniendo una cuerda de unos 2 cm de diámetro que se guarda en botes metálicos o “botes de carda” [caption id="attachment_881" align="aligncenter" width="300"] Carda[/caption]
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Estirado: para este proceso se utiliza el manuar. Es una máquina con varios pares de cilindros que toma las cintas de los botes de carda (cada manuar trabaja con 6-8 botes) y las hace pasar por los distintos pares de rodillos. Cada par de rodillos gira más rápido que el anterior, estirando la fibra, y dando lugar a una cinta más uniforme y homogénea. A esta cinta se le da una ligera torsión y se vuelve a introducir en un bote.
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Hilado: es el proceso final de la hilatura, y se realiza con máquinas contínuas de hilar, que dan vueltas a la cinta para dar la torsión definitiva y pasar a las bobinadoras, que enrollan el hilo en carretes.